11 marzo 2014

DIA 6 LA CROIX VALMER - CANES - NIZA

DIA 5 LA CROIX VALMER - CANES - NIZA

(81km 4h 31 minutos)

No había podido dormir nada en casi toda la noche porque la pobre Nadege tenía mucha tos y mocos. Mientras yo lamentaba que mi ropa siguiera toda mojada, ella se tuvo que ir al médico y me dejó solo en su casa. La confianza que deposito en mi me sorprendió, es de agradecer. 

Me puse la ropa menos mojada que había y guardé el resto en la mochila. Por lo menos estaba limpia. Había 3 o 4 objetos insalvables de los que tuve que desprenderme. Todo este embrollo hizo que me pusiera en marcha a las 10 (tardísimo). Volví a circular por la vía verde hasta su fin en Saint Tropez, pero no me paré a visitarla porque tenía que desviarme 5 km. Empecé a seguir a 2 ciclistas con pintas extrañas pero que no llevaban mal ritmo. Al cabo de unos kilómetros vuelvo a morir de dolor del culo. Echaba de menos mi funda de sillín acolchada y mullida. Volví a usar unos calzoncillos como refuerzo del culotte, no era lo mejor pero me aliviaba bastante. (creo que lo voy a patentar como Marcopaquetti TM.)  

Me costó un mundo pedalear los 40 km que me llevaron a Frejurs, y eso que era más o menos plano. Psicológicamene estaba hundido. Decidí parar a comer y descansar. Me tomé un gran café y una pasta típica de la zona. 

Continué dando pena encima de la bicicleta, aguantando los fuertes dolores que me obligaban a detenerme cada 10 km. Llegué a Agay y a los dolores se sumó un asfixiante calor y unas largas subidas. El paisaje era precioso pero no lo estaba disfrutando en absoluto. Ahora me veía obligado a tener que parar cada 5 kilómetros. No sabía que hacer. Había recorrido muy pocos kilómetros como para dar la etapa por finalizada. Pero no sabía si podría llegar a la siguiente ciudad. Luché por cada kilómetro pedaleado lenta y dolorosamente, pero las paradas cada vez eran más frecuentes. En una de esas paradas veo, que a lo lejos había una cicloturista como yo. Me levanté de un salto y conseguí darle caza. Nos saludamos, íbamos en la misma dirección. Hacia Cannes. Se llamaba Kathleen y era de Alemania. Nos pusimos a pedalearjuntos y fue un soplo enorme de energía para mi. Me hizo darme cuenta que mi ritmo no era tan malo. Quizás si comparado con el que llevaba otros días, pero no para alguien que carga con todo el peso que llevaba yo. Dejamos las subidas atrás y nos encontramos con una larga bajada hasta las playas de Cannes, dónde paramos a hacernos fotos. Seguimos pedaleando por el paseo marítimo  durante un largo trecho. La siguiente parada fue la oficina de turismo en pleno centro justo al lado de la sede del festival de cine de Cannes. 

Kathleen había llegado al final de su viaje, volvía en tren a su país y yo agradecido la acompañé hasta la estación de tren. Eran ya las 5 y mis planes de llegar hasta Ventimiglia se antojaban mas que imposibles. Eran 70 km y sabía que tocaba subir algunos acantilados. Tuve que tomar la decisión de pagar precios imposibles por dormir en Cannes o coger un tren durante 20 km hasta las afueras de Niza, y eso hice. 

Kath me ayudó a comprar el billete. La estación no tenía ningún tipo de acceso para personas de movilidad reducida, y para salvar las escaleras tuve que desmontar la bici y llevarla por partes. Poco a poco, sin perder de vista lo que dejaba atrás, para que no me lo robaran. Una vez llega al tren, un desalmado bloquea mi puerta y me impedía subir. Desesperado por perder el tren grite HELP! y un chaval me "ayudo" y cogió la bici para subirla, pero con tan mala suerte que se le cayo el botellín y la bolsa delantera donde llevaba los documentos, tarjetas, dinero, movil, mp3, gps... El pánico de perderlo todo hizo que me recorriera un escalofrío desde la cabeza hasta los dedos de los pies. Como una exhalación, tan rápido como la luz me tiré y metí medio cuerpo bajo el tren hasta alcanzar la bolsa. Solo pensé en rescatar la bolsa aunque tuviera que meterme entero bajo el tren. Subí el remolque al tren, donde me estaba esperando el chico con la bici. La docena de personas que me habían visto estaban pálidos. El chico me pidió perdón, una chica se atrevió a romper el silencio y me preguntó: "¿Estas loco?"  y mi respuesta fue un seco y tajante: "Si".

Tras 2 paradas abandono el tren y vuelvo a bajar la bici por partes, esta vez sin ayudas. Fue aquí cuando me di cuenta de que había perdido el botellín. Poco a poco sin demasiadas molestias llegué a Niza. Estaba exhausto. Eran las 18.30. Pensé que lo mejor era parar aquí y ya disfrutaría de la etapa de mañana. Quería parar en Mónaco, en la frontera y si seguía no podría hacerlo.

Me pongo a buscar alojamiento, pero todo estaba lleno . Empecé por hostales, luego hoteles cutres...todo lleno. Dejé atrás el centro de Niza sin poder verlo demasiado. Ya no podía pedalear. Crucé Niza a pie. En las afueras de la ciudad, subiendo por la carretera que llevaba al siguiente pueblo encontré un hotel de 2 estrellas, pero que era precioso. Un pequeño chalet muy bien reformado y limpio. Me habilitaron un sitio donde dejar la bici y me aseguraron que estaba a buen recaudo. El precio era caro, muy caro, pero era lo único que había libre. Subí mis cosas a la habitación, me tomé un relajante muscular para la espalda y me quede frito hasta las 22.30. Me levanté, me duche y lavé algo de ropa. Cene en la misma habitación una sopa de sobre y fruta. Puse la tele y me enteré de que Niza acogía esos días la convención de deportistas francófonos de todo el mundo y por eso los hoteles estaban llenos.

Como aún me dolía la espalda volví a tomarme otro relajante y estiré bien los músculos. A las 23.30 volvía a estar dormido. 


 Pastel típico
 Cala dónde decidí bañarme

 Otra calita dónde me bañe
 Preciosas vistas

 En francia todo es muy gay
 Kathleen
 KAthleen


Esta etapa se la dedico a KAthleen, imposible haber llegado a ningún sitio sin nuestro providencial encuentro



No hay comentarios:

Publicar un comentario